El mundo de los bonos, con sus cupones fijos y el reembolso del capital al vencimiento, es muy atractivo para los inversores con un perfil de riesgo más prudente. Quien compra un bono corporativo presta dinero a una empresa. Quien compra un bono del Estado presta dinero a un gobierno. Al igual que con un préstamo, con los bonos se paga un interés (el cupón), que se abonará periódicamente mientras el bono se mantenga en la cartera, y en una fecha fija, llamada vencimiento, el inversor recuperará el capital invertido inicialmente.
Autora
Laura Castillo
Consultora en inversiones y desarrollo de negocios